martes, 13 de octubre de 2009

Se cerró el círculo

Por Mariano Hamilton (ESPNdeportes.com)

CONMEBOL

BUENOS AIRES -- Como se podría decir en una buena novela policial, se achicó el círculo de sospechosos. O para ser más precisos, de equipos capaces de llegar al Mundial de Sudáfrica 2010.

A los ya clasificados (Brasil, Paraguay y Chile) sólo se les podrían sumar en los dos lugares vacantes Argentina, Uruguay o Ecuador, ya que Venezuela y Colombia dieron por tierra con todas sus ambiciones después de las derrotas que sufrieran el sábado ante Paraguay y Chile, respectivamente, como locales.

A Venezuela, vale decir, le queda una remotísima posibilidad de acceder al quinto puesto, pero para que esto ocurra debería suceder lo siguiente: Argentina le debería ganarle a Uruguay (algo poco probablehabida cuenta del nivel que está mostrando el equipo de Maradona), Chile a Ecuador (más que factible) y Venezuela debería vencer a Brasil como visitante por una amplia diferencia de gol, ya que tendría descontar la módica suma de 15 goles de diferencia con Uruguay.

Necesitaría vencer a Brasil algo así como 6 ó 7 a 0, esperando que Argentina le convierta a Uruguay una cifra un poco superior... ¿Se acuerdan cuando decíamos, hace ya algunas fechas, que la diferencia de gol de Uruguay era casi como un punto más en una definición tan cerrada? Bueno, he aquí la demostración.

(Ruego que si alguien insiste en decir que este no es el sistema de definición, vaya a mi columna anterior, en donde está transcripto el artículo que establece la forma de definición).

Para hablar entonces de lo factible, digamos que el cuarto y quinto puesto no saldrá de Argentina, Uruguay y Ecuador, aunque hasta hace muy poco estaban bastante diferentes las consideraciones de cada uno.

Sin ir más lejos, hay que sacarse el sombrero para lo realizado por Uruguay en Quito. Por primera vez en mucho tiempo, el equipo uruguayo salió a jugar un partido importante en lugar de ir a pelearlo. Y más allá de los errores que cometió, lo jugó con la valentía necesaria para sostener un resultado primero y para darlo vuelta después, ganarlo, y quedarse con tres puntos clave para revertir lo que ya tenía destino de frustración.

Si hay un ganador de la fecha, ese es Uruguay. Y si hay un perdedor, ese es Ecuador. Que no supo (o no pudo) sellar en el resultado una recuperación que, hasta el sábado, parecía que lo iba a llevar por tercera vez consecutiva a un Mundial.

¿Y Argentina? ¿Qué se puede decir de Argentina? Que jugó de acuerdo a como lo venía haciendo. Es decir, mal. Sin una idea de equipo, apurado en defensa, complicado en la mitad de la cancha y pésimo en ataque. Sólo se puede destacar la actuación de su arquerito, Romero, de Mascherano (salvo su error en el gol de Perú, claro) y de los autores de los goles (Higuaín y Palermo), quienes supieron obtener algo de agua en el medio del desierto.

Argentina fue un desastre y mereció dejar algún punto en el camino. Y la actuación de Perú fue conmovedora (no sabemos si por errores del rival o aciertos propios): jugó el mejor partido de toda la eliminatoria. ¿Algo de esperanza para el futuro?

Chile volvió a demostrar por qué decimos desde hacer rato que es el mejor equipo de la eliminatoria (equipo, repetimos, ya que es inferior a Brasil y Argentina en lo que respecta a las individualidades). Y cuando decimos equipo nos referimos a esa comunidad que debe haber entre jugadores y cuerpo técnico. Cuando todos están convencidos de lo que están haciendo.

Paraguay tranquilamente podría ubicarse en el mismo escalón de Chile, pero para hacerlo debería ser más consistente en su propuesta. Paraguay, con el paso de los partidos, fue perdiendo la frescura del comienzo, algo que recién ahora parece estar recuperando.

Lo de Colombia y Venezuela sólo se puede definir como frustración. Mucho más la de Colombia, claro. Pero también la de Venezuela, que tuvo su momento de resurrección en las últimas cuatro jornadas, pero defeccionó en el momento clave. Los aplausos con que fue despedido el equipo venezolano después de la derrota ante Paraguay fueron muy merecidos, pero especialmente si se piensa en el futuro, ya que el porvenir de Venezuela es alentador. Creemos que cada vez está más cerca de jugar un Mundial por primera vez en su historia.

Colombia pagó muy cara su apuesta poco ambiciosa de las primeras fechas. Los desaciertos dirigenciales se pagan de esta manera. Es el espejo de lo que está pasando en Argentina: no hay jugadores buenos que valgan si la conducción del equipo es un desastre y si los dirigentes miran más en su bolsillo que en los intereses del equipo que representan.

La derrota de Brasil en la Paz le da otra alegría a Bolivia (merecida por cierto), bastante similar a la que vivió cuando le hizo 6 goles a Argentina, hace ya algunos meses.

El miércoles se juega la última fecha de las eliminatorias. Parece claro que Uruguay y Argentina disputarán entre sí, en un partido directo, quién quedará cuarto y quien será el quinto, ambos mirando de reojo lo que pase entre Chile y Ecuador, que jugarán a la misma hora en Santiago.

No le vemos a Ecuador mucha chance de ganarle a Chile en Santiago pero decimos lo de siempre: los partidos hay que jugarlos. Por lo que ni Uruguay ni Argentina podrán levantar el pie del acelerador, porque la mínima distracción los puede dejar afuera. Veremos como se desarrollan los acontecimientos.

¿El resto? Perú-Bolivia, Brasil-Venezuela y Paraguay-Colombia cerrarán sus participaciones en las eliminatorias con partidos irrelevantes en lo que hace a las posiciones pero atractivos en sí mismos.

Ya queda muy poco camino por recorrer. Y dos años y pico de emociones quedarán en el recuerdo.

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