sábado, 12 de junio de 2010

Mexico pudo ganar...


Los discípulos del
Vasco Aguirre salieron al césped del Soccer City de Johannesburgo empeñados en desmentir la creencia de que la sede nunca pierde en los choques de apertura


La Virgen de Guadalupe salvó a México de un tropiezo memorable en el partido inaugural de la Copa del Mundo de Sudáfrica, donde los irreverentes anfitriones le plantaron cerco
a la cabaña tricolor en el período complementario.

Los discípulos del Vasco Aguirre salieron al césped del Soccer City de Johannesburgo empeñados en desmentir la creencia de que la sede nunca pierde en los choques de apertura, y en los primeros compases pareció que se tragarían de un bocado a la escuadra de Carlos Alberto Parreira.

Muy temprano, la mejor figura del duelo, el jovencito Gio Dos Santos, estuvo a un pelín de desnivelar el marcador. No lo logró, pero enseguida quedó claro que el Tri era netamente superior en trato de balón, disposición táctica y capacidad individual. (Michel Contreras)

Las ocasiones mexicanas se sucedieron a la par que Guillermo Franco ganaba los centros por alto, Dos Santos sembraba el terror a golpes de talento, y Paul Aguilar hacía una autopista sin peaje por el carril derecho.

Los locales, en tanto, enseñaban poco más que ganas, y le apostaban todo a su solitario argumento ofensivo, el contragolpe, que ejecutaron de modo impreciso en varios lances.

Sin embargo, a medida que sus adversarios desperdiciaban oportunidades insultantes, la inicial timidez de los Bafana Bafana se diluyó, el equipo soltó lastre y, cerca de la mitad del desafío, comenzaron a sucederse unos ataques que pusieron en tela de juicio la inesperada titularidad del arquero Óscar Pérez.

(Por cierto, Aguirre sorprendió a propios y ajenos con su decisión de alinear al Conejo Pérez en perjuicio de Guillermo Ochoa, y tampoco pareció muy atinada la ausencia en la formación abridora del volante Andrés Guardado).

La segunda parte fue el reverso de su predecesora. Los aztecas bajaron el ritmo, y un zurdazo cruzado de Siphiwe Tshabalala —gran sprint, impecable patada- los sacó de la modorra en el ’55.

El golpe causó estragos en las filas de México, cuyo bajón moral y físico se tradujo en reiteradas pérdidas de la pelota. Y aun la situación pudo ir a peores si el uzbeko Ravshan Irmatov hubiera sancionado el flagrante penal cometido sobre Teko Modise cuando éste se infiltraba en el área, presto a dictar sentencia.

Así las cosas, amenazado por el peso del caos, el técnico apeló a los revulsivos lógicos —Guardado, Cuauhtémoc Blanco y Chicharito Hernández-, y en el ’79 apareció el empate de la mano del Kaiser Rafa Márquez, que aprovechó un dislate defensivo y fusiló con envidiable sangre fría a Itumeleng Khune.

Se suponía que, por fin, los hombres del Vasco habían encontrado los caminos del triunfo. Pero cuando las piernas no acompañan, no se puede, y los últimos minutos atestiguaron el calvario de un grupo de futbolistas incapaces de soportar los piques de unos sudafricanos todavía veloces y animosos.

Una y otra vez, los balonazos locales llegaron a las botas de sus atacantes, quienes —una y otra vez- desbordaban a sus marcadores. Y fue entonces que, al borde del pitazo terminante, la Virgen se arrimó al poste derecho de la meta de Óscar Pérez, para empujar afuera un tiro de Katlego Emphela que habría provocado la primera sorpresa del Mundial.

El resultado dejó tambaleante la ilusión mexicana de jugar un quinto match en el torneo, y desató las críticas en torno a los inesperados "movimientos" de Javier Aguirre, que seguramente introducirá variantes para el choque del venidero jueves contra Francia, donde tal vez el Tri no vuelva a recibir los favores de su venerada patrona.

REYES EN HORAS BAJAS

Dos escuadras que han sido campeonas del mundo, Francia y Uruguay, se liaron después en un soso partido que confirmó el criterio generalizado: ninguna de las dos selecciones luce apta para reeditar sus momentos la gloria.

Les Bleus de Raymond Domenech comenzaron presionando bien arriba, y ese diseño casi les da frutos prematuros en una internada de Franck Ribery que no alcanzó a ser finiquitada por Sidney Govou.

Mas Uruguay dijo que estaba viva al poco rato mediante un remate de Diego Forlán que implicó la parada de puños de Hugo Lloris, y la fanaticada aventuró la posibilidad de un duelo de ida y vuelta.

Nada más alejado de lo cierto. A partir de ese instante, dio la impresión de que los dos equipos se respetaban demasiado, el encuentro se trabó en la media cancha, y el balón describió una agobiante travesía sin brújula por el espléndido Green Point, estadio de Ciudad del Cabo.

El problema es que era una batalla acéfala. Del lado charrúa, Ignacio González apenas intimó con la pelota, de ahí que Luis Suárez y Forlán debieron trabajar "horas extras" ante la falta de una conexión idónea con la medular. Y del otro, los que podían marcar la diferencia andaban con la mira descarriada: así, Ribery fue una sombra de su sombra, y el llamado "pequeño Zidane", Yoann Gourcuff, nunca entendió que el arco estaba frente a él, no a los costados.

A falta de unos veinte minutos de contienda, la entrada de Thierry Henry y el incisivo Florent Malouda aportó mordiente a la ofensiva gala, y la posterior expulsión de Nicolás Lodeiro hizo pensar en el naufragio de la nave sudamericana, cuyos tripulantes fueron embotellados en su área. Pero nada ocurrió.

Próximo a los 94 minutos de sopor, el silbatazo del japonés Yuichi Nishimura puso fin al patético trámite, y los dos ex campeones del orbe intercambiaron camisetas entre cansinas y deprimidas palmaditas.

SUDÁFRICA-MÉXICO
Evaluación del partido:
3 (de 5).
Mejor jugador: Giovani Dos Santos (México).
Sudáfrica: Khune, Gaxa, Mokoena, Tshabalala, Mphela, Pienaar (m.85, Parker), Modise, Letsholonyane, Dikgacoi, Thwala (m.46, Masilela) y Khumalo.
México: Pérez, Márquez, Rodríguez, Osorio, Salcido, Juárez, Aguilar (m.52, Guardado), Torrado, Dos Santos, Franco (m.73, Hernández) y Vela (m.67, Blanco).
Goles: 1-0 (m.55: Siphiwe Tshabalala). 1-1 (m.79: Rafael Márquez).
Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán).
Amarillas: Dikgacoi (m.27), Masilela (m.70) y Juárez (m.18).
Expulsiones: No hubo

URUGUAY-FRANCIA
Evaluación del partido:
2 (de 5).
Mejor Jugador: Patrice Evra (Francia).
Uruguay: Muslera, Lugano, Godín, Victorino, Pereira, Pérez (m.87, Eguren), Arévalo, González (m.63, Lodeiro), Pereira, Suárez (m.73, Abreu) y Forlán.
Francia: Lloris, Sagna, Abidal, Gallas, Evra, Gourcuff (m.75, Malouda), Toulalan, Diaby, Govou (m.85, Gignac), Anelka (m.71, Henry) y Ribery.
Goles: No hubo.
Árbitro: Yuichi Nishimura (Japón).
Amarillas: Victorino (m.58), Lodeiro (min.65), Evra (m.11), Ribery (m.19) y Toulalan (m.68).
Expulsiones: Lodeiro (m.82).

PRÓXIMOS ENCUENTROS DEL GRUPO A

16 de junio (2:30 pm ET): Sudáfrica-Uruguay

17 de junio (2:30 pm ET): México-Francia

jueves, 10 de junio de 2010

Los tigres del mundial

Un total de siete escuadras disponen de colmillos suficientes para encarnar al más hermoso de todos los felinos...


Vamos a estar claros de una cosa: en los Mundiales no siempre gana el mejor. Se sabe desde 1954, cuando el Ballet Húngaro de Puskas, Kocsis, Hidegkuti..., cedió contra Alemania Federal. Y después se confirmó con la derrota del Fútbol Total holandés en el ’74. Y otra vez quedó claro en España’82, donde las formidables selecciones de Francia y Brasil ni siquiera lograron llegar a la final.

Pero los vaticinios se hacen sobre bases lógicas, atendiendo a las fuerzas (más o menos) reales de cada conjunto. Esto es, que si vemos a un tigre acorralando a un ciervo, lo sensato es pensar que el astado proveerá un almuerzo.

¿Quién será el tigre en el torneo sudafricano? A mi juicio, un total de siete escuadras disponen de colmillos suficientes para encarnar al más hermoso de todos los felinos. Pero hay dos que descuellan sobre el resto.

Convencido estoy de que Inglaterra, Argentina, Italia, Alemania y Holanda, andan sobrados de aptitudes, y que el triunfo de cualquiera de ellos no sería sorpresa para nadie. Sin embargo, este cronista estima que Brasil y España viven en un piso más alto.

El llamado Scratch du Oro es el pentacampeón del universo, ganó la Copa América, la Confederaciones y la eliminatoria sudamericana, y es el único elenco terrenal que intimida con la sola exposición de su casaca.

Verdad, este Brasil no se parece a sus antepasados más ilustres —digamos, el de 1970-, defensores del jogo bonito y la alegría en el terreno. Eso, porque el técnico Dunga lo ha dotado de un estilo más conservador, con énfasis en la estructura defensiva y el resultadismo a ultranza.

Así, la Canarinha ya no busca el espectáculo: solamente el trofeo. Y para ello cuenta con el mejor portero del momento, Julio César; unos centrales de calidad probada, Lucio y Juan; dos portentos por el lado derecho de la zaga, Dani Alves y Maicon; y alternativas de caché para la zona de volantes.

Pero el Sol tiene manchas. El primer varapalos que podría enfrentar Brasil en la cita ecuménica se asocia con Kaká, su cerebro en el centro del campo, quien estuvo en el dique seco largo rato con el Real Madrid, y nadie sabe a ciencia cierta si podrá soportar los rigores de tan agitada competencia.

La decisión de no convocar a Ronaldinho, el recambio natural de Kaká, dejó a Brasil sin reemplazantes naturales para la creación de juego. De modo que ya en Rio, Sao Paulo, Recife..., los devotos del fútbol suplican a sus dioses que el astro madridista no se "rompa".

El segundo problema de los verdeamarillos, creo, está en la delantera. Dunga no tiene, ni por asomo, a un Pelé, un Tostao, un Romario, un Bebeto, un Ronaldo, y debe contentarse con Robinho, habilidoso pero inefectivo, y Luis Fabiano, casi tan torpe como los arietes nórdicos.

Como todas las obras humanas, también España es perfectible. Sin embargo, los retoques que precisa la Furia no son de tipo deportivo, sino psicológico: tantas veces fracasaron los ibéricos en pos de la Copa, que acaso aún no sepan la medida real de sus posibilidades.

Ahora, si España se da cuenta de que puede, difícilmente alguien —como no sea Brasil- consiga detenerla: sobre el césped y a día de hoy, ningún equipo del planeta sabe jugar como los hombres de Vicente Del Bosque.

Basados en un fútbol ofensivo y virtuoso que se empeña en la posesión de la pelota, los españoles tienen a un referente con escoltas de lujo en cada línea. En la meta, Casillas; en el fondo manda Puyol, pero también brilla Piqué; la medular es propiedad de Xavi Hernández, mas su arsenal comprende a Cesc, Iniesta y Xabi Alonso; y delante hay un tándem tenebroso formado por Torres y Villa.

(No obstante, la escuadra titular de la Eurocopa parece más letal cuando se rige por el sistema 4-5-1, que le ha dado exquisitos dividendos, a diferencia del clásico 4-4-2. Del Bosque ya se ha percatado).

España jugará en Sudáfrica con la generación suprema de su fútbol, una generación de hombres talentosos que dejan el ego en el vestuario y salen a la cancha a divertir a las tribunas. ¿Saldrá por fin airosa? ¿Volverá a naufragar entre los nervios y su habitual mala fortuna? ¿Chocará contra Brasil en la final?

Imposible saberlo. Lo seguro es que esta versión de la Furia proviene de la selva, y ruge, y tiene hambre. (Michel Contreras, Cubahora))

lunes, 7 de junio de 2010

Alemania llegó a Sudáfrica junto a la bella Shakira

Shakira, quien coincidió con el equipo de fútbol, cantará en un concierto en el estadio de Orlando, situado en la barriada de Soweto


La selección de Alemania de fútbol aterrizó este lunes en Sudáfrica para disputar el Mundial que organiza el país africano, en un avión modelo A380 de Airbus, en el que los germanos estuvieron acompañados de la cantante colombiana Shakira.

“Fue una gran experiencia estar en el primer vuelo A380”, dijo el seleccionador Joachim Low, aludiendo al primer trayecto que realizó el avión A380 de la empresa nacional de alemana, antes de viajar al hotel en que se hospedarán en Pretoria.

La selección alemana viajó junto a la estrella de la canción colombiana Shakira, que coincidió co
n el equipo de fútbol y que cantará en un concierto en el estadio de Orlando, situado en la barriada de Soweto, el jueves antes del inicio del campeonato de fútbol.

“Queremos mostrar a los sudafricanos que estamos felices de estar en su país”, apuntó por su parte el mánager de Alemania, Oliver Bierhoff.

La selección de Alemania, que se ha proclamado campeón de un Mundial en tres ocasiones, terminó en tercera posición, por detrás de Italia y Francia en el torneo que organizó el país germano en 2006, cuatro años antes de ser finalista en la cita de Corea del Sur y Japón, en 2002.

Las aspiraciones de Alemania en el Mundial de Sudáfrica, que se desarrollará del próximo viernes al 11 de julio, sufrieron un importante golpe tras confirmarse la baja del capitán Michael Ballack, lesionado mientras disputaba con el Chelsea la final de la Copa de Inglaterra.

Alemania está encuadrada en el Grupo D de la cita sudafricana, junto a Australia, Serbia y Ghana. Su andadura mundialista comienza el domingo, cuando los germanos se medirán a la selección australiana. (AFP)